domingo, 28 de marzo de 2010

Róbame una sonrisa

Róbame una sonrisa. Te escribo, no porque me encuentre lejos, sino porque me hace bien extrapolar mis emociones al papel, el es el único que lo aguanta todo. No te voy a decir más de lo que ya sabes, pero te voy a confesar algunos íntimos secretos.

He tenido un pasado interesante, como bien sabes, creo que me quedan unos insultos por recibir, unos perdones que dar, unas experiencias que tener. Tuve amores que no correspondí y dolores que ocasioné, que a veces aparecen y me hacen sumergirme en mi letargo. Me faltan unos viajes que hacer, unas lágrimas que verter. A veces me miro al espejo y no me reconozco, porque me has hecho reinventarme, re-conocerme.

He tenido unos momentos increíbles contigo, y a veces mi mente me juega mal, me inquieta con pensamientos inconsecuentes que no hacen nada por mi bien. Imágenes de mi pasado que me asechan y no me dejan ser objetiva con mi presente. Discúlpame porque a veces intento no vivir de ellas, pero parece que son ellas las que viven de mí.

Hay mucho de mí que no conoces, la parte oscura e introvertida, la que se disuelve y se escabulle entre las líneas de un papel, o entre las pulsaciones de un teclado. Sin embargo has hecho emerger una parte muy importante, la cual oculto con facilidad. Te confieso que siempre le he tenido pavor a sentirme vulnerable, tú conoces bien esa sensación, el hormigueo en el estómago y la sensación de exponerte, se parece a estar desnudo, solo que esta desnudez es más dura que la física. Desnudar y develar los sentimientos reales, siempre ha sido uno de mis miedos más íntimos.

Te confieso también que me has hecho feliz, tanto que a veces no me lo creo, no me creo que me merezca tantas cosas buenas resumidas en una persona, tú.

Creo que te lo he dicho antes, pero siempre que tengo algo bueno en mi vida, no se porque, lo saboteo, intento dañarlo. Quizás como te dije, no me creo merecedora de tanta felicidad. Te quiero pedir el favor más importante que te podré pedir, me parece, NO ME LO PERMITAS. No me permitas hacer de esto algo doloroso, pero sí permíteme amarte con las ganas y las ansias que me consumen cuando no te tengo cerca.

Sabes que a veces pienso en la idea de perderte, y creo que no hay nada que me haga llorar con más facilidad. Me resulta difícil reconocerlo. A veces pienso en tu pasado, en que en cualquier momento te aseche y te haga cambiar de opinión.

Todavía me cuesta trabajo entender, que fue lo que te enamoro de mi persona, que fue lo que te capturó, pero a mí no me cabe duda de que fue lo que me atrapó a mí:

Desde que estás conmigo conozco lo que es llorar de felicidad. Desde que estás conmigo no he sentido el vacio que antes me consumía, que me hacía desesperarme. Desde que estás conmigo lo que quiero es olvidar todo lo que conocí antes de ti. Desde que estás conmigo, has cambiado mis prioridades y a veces me asusta encontrarme sabiendo que mi prioridad hoy por hoy es hacerte feliz.

A veces me dan ganas de huir, de salir corriendo, pero fuera de huir de ti, huir contigo. Quisiera que nos pudiéramos ir a algún lugar lejano, donde nadie pudiera molestarnos, donde no tuviéramos que explicar lo que sentimos y lo pudiéramos vivir mejor.

Sabes, me entristece sobremanera que no puedas tener a tu lado a tu familia. Me frustra saber que en parte, la razón de eso soy yo. Daría lo que fuera, si pudiera cambiarle el parecer a aquellos que te juzgan sin saber lo que puede ofrecer tu corazón. Yo lo sé, y me consta que lo que sientes por mi es real. Como te he dicho antes, eres una persona genial, y quiero que sepas que lo reconozco, se lo que tengo en mi cama, lo que tengo entre mis brazos y lo que besan mis labios. No te doy por sentado ni te menosprecio porque sería una estupidez de mi parte. Te respeto, por quien eres, te amo también por quien eres. Quiero que sepas, que me tomo esto tan en serio como para comprometerme contigo, pero tan ligero como para vivírmelo a plenitud.

Por otra parte, me he acostumbrado a tu aroma, a tu presencia, a tu piel. No quiero saber lo que se siente perder los compases de tus pasos junto a los míos. Róbame tantas sonrisas como quieras, pues a tu lado solo se sonreír. Te amo, preciosa, y no se si entiendes la magnitud de esa palabra, si la sientes como la siento yo, si la respiras en nuestra habitación, pero yo la siento en tu presencia. Siento como me arropa por las noches y siento como me besa cuando me voy en las mañanas.

Gracias por existir, pero por sobre todo, por hacerme tan feliz, por existir a mi lado, por sostenerme la mano al caminar y por recibirme en tu regazo en las noches. Yo no se si esta experiencia realmente sea la que buscabas, pero por mi parte, no podría pedir más. Puedo decir con certeza que me encantaría compartir el resto de mis días contigo, y que estoy dispuesta a luchar porque mi prioridad se cumpla. 1

1. Las entradas publicadas bajo la etiqueta de Cartas de Amor de Lucia tuvieron destinatarios reales en algún punto.

1 comentario:

Noelia dijo...

wao! esta me dio sentimiento. Intenso.