martes, 22 de enero de 2008

Cicatrices

¿Cómo se borran? Las cicatrices, ¿de veras son heridas que sanan? Marcas que nos recuerdan el dolor por siempre, que nos recuerdan la inmundicia de una pena, de una tragedia, de una injusticia.

¿Cuántas cicatrices visibles, no visibles, el cuerpo es capaz de aguantar?, ¿Cuántas caídas, golpes, desafíos, ultrajadas puede aguantar un ente? ¿Es posible contabilizar el dolor?, ¿es posible encontrarle culpable a la nostalgia?

Si realmente las cicatrices son heridas que sanan, como no sana la memoria también, si la memoria no sana entonces sanar es meramente un eufemismo.

¿Cuántas heridas pueden aguantarse de un sentimiento, cuantas veces se maltrata demás el aguante, la tolerancia, la razón?

¿Cómo borrar las cicatrices, como evitar que sean una burla del cosmos, un souvenir neurótico del cuerpo, una instancia disfrazada de superación que es solamente mierda con olor.

¿Cómo te borro? ¿Cómo me borro yo de una vez y comienzo por abrir las cicatrices y deshollinar las heridas para que las memorias sanen de una vez? Si las caídas son solo una prueba para ver cuantas veces puedo levantarme, luego ¿a quién le muestro, erguida y orgullosa mi cicatriz? La marca de esa batalla ganada entre lágrimas e insultos, entre engaños y desengaños.

¿Qué tal si mis cicatrices son meros empujones del cosmos en mi infancia, y mis verdaderas puñaladas están al alcance de nadie? ¿Cómo muestro entonces mi trofeo, mi conquista?

Es por eso que el colmo de un desdichado, es morir con gracia. Porque en su último hálito de vida consigue consagración y respeto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchos pasamos la vida pensando en todo lo que nos tocado vivir y en esas cicratices que debemos sanar y curara para poder sentirnos a gusto en el diario vivir. Sin embargo, por mas que decimos que se sanaron, siempre estaran en un rincon de nuestro inconsciente. O mejor dicho, llevamos todo al inconsciente para poder sentirnos airosos y vivos. Es lamentable pero esa es la ley de vida... vivimos para luchar hacia la felicidad. En ese camino nos encontramos con tantas piedras... pero las mismas nos hacen mas fuerte. El peligro es lo fuerte que nos pongamos. Muchas veces llegamos a deshumanizarnos por todos los tropiezos que llegan a nuestra vida. Y somos nosotros los que nos convertimos en piedra... en piedra para nosotros mismos y para los demas...Penelop